Reseña: El ritual de Avebury

El final esperado.
¡AVISO: Puede contener spoilers de las novelas anteriores!

Lia no puede olvidar las misteriosas palabras de la página final de la profecía, pues recuerdan que aún es posible un futuro en el que las almas no acechen sus sueños y esperanzas. Debe encontrar la piedra escondida por las hermanas de Altus, sus antecesoras, y completar el ritual de Avebury para cerrar la puerta a Samael y liberar a futuras generaciones de hermanas y a la humanidad del oscuro caos que resultaría de su llegada a nuestro mundo. Pero Alice sigue esforzándose por impedir esa liberación y aún no ha encontrado a la cuarta llave. ¿Llegará el día señalado?

Historia
Una traición como la de Sonia es algo que a Lia le cuesta perdonar. Su actitud con sus amigas ha cambiado, ya no se siente segura y debe cargar con todo ella sola. La energía de la piedra víbora que le dio Abigail se está agotando y a pesar de que han encontrado a Elena, la tercera llave, no tienen pistas sobre dónde puede estar la cuarta llave. Además, deben buscar la piedra de la profecía y convencer a Alice de que se una a ellos para derrotar a Samael y cerrar la puerta.
Demasiadas misiones imposibles para Lia, que empieza a tener extraños sueños que quizás no sea sueños, sino las almas que tratan de obligarla a hacer algo que ella no desea.

Opinión personal
Mi experiencia con La profecía de las hermanas ha sido algo curioso. El primer libro me encandiló, el segundo me pareció un auténtico aburrimiento y con este tercero tengo sentimientos encontrados. Por un lado, se cierra toda la historia y la autora ha sabido darle un final coherente con la temática además de emotivo. Sin embargo, me ha dado la sensación de que le faltaba la chispa que sí tenía el primero, ese algo que lo hacía algo diferente y es que Lia pasa de ser una protagonista que me encantó a una trastornada total. Ha conseguido satisfacerme, pero con una sensación agridulce.
Tras lo sucedido en Altus y la traición de Sonia, Lia trata de lidiar con el peso de cargar ella sola con la profecía, además de buscar la piedra y también a la cuarta llave, lo que le llevará al norte de Irlanda, a unos túmulos ancestrales donde conocerán a gente que sabe mucho más de lo que parece pero en la que quizás no deban confiar, y menos en el estado de Lia, debilitada por las almas y al borde del colapso. Todo parece estar en su contra y Alice, la última pieza necesaria para completar el puzzle ha ido a Londres con James, el que fuera novio de Lia, y no piensa ceder porque su lealtad está con Samael.
De nuevo es Lia quien nos lleva en un viaje de descubrimientos, pero en esta ocasión, no aburre, sino que mantiene un ritmo interesante y consigue mantener el interés del lector hasta el último momento sin saber cómo conseguirán Lia y las cuatro llaves impedir que se abra la puerta cuando tienen todo en su contra. La manera en que Zink lo resuelve todo es ideal, sin dejar inútiles cabos sueltos y con todo bien planeado, pero se echa en falta un epílogo o algo que nos de algunos detalles sobre la vida de las chicas tras lo sucedido en Evebury, más por curiosidad, porque la historia queda cerrada y bien cerrada, como debe ser, con un final que es el esperado pero que aún así, se hace de rogar y hace pensar lo peor al lector.
La evolución de Lia –o involución–, se hace más patente. Si bien me pareció una protagonista más que decente en la primera parte, la presencia de las almas y el peso de la profecía parece que la va convirtiendo, su cinismo crece y se vuelve aún más desconfiada. A veces es incapaz de asumir la parte de culpa que le toca en todo lo que sucede con sus amigas y se escuda en lo dura que es la profecía para justificar lo abandonadas que tiene a sus amigas, quienes, por su parte, son condescendientes y la perdonan, aun cuando se comporta como una idiota. Dimitri se me hace demasiado perfecto, y no me gustan los protagonistas tan perfectos, le falta sangre.
En definitiva, salvo la creciente paranoia de Lia, los personajes siguen en la misma linea, todos variados y diferentes, con su propio encanto. Sin embargo, se echa en falta la presencia mas constante de Luisa en el novela y parece que, después de todo, seguimos sin conocer del todo a Alice, aunque veremos que es mucho más de lo que aparenta.
Zink demuestra que es una buena escritora y que no necesita sacarse cosas de la manga para cerrar la historia. Todo guarda una cohesión interna y es coherente con el tipo de relato que nos presenta, además, consigue reenganchar a la historia tras el bajón que supone El ángel del caos, aunque sigo pensando que falta algo.
El ritual de Avebury es, ni más ni menos, que el final esperado para una saga como esta. Sorprende y no sorprende, pero satisface. Es una lectura agradable y una trilogía muy recomendable, sobre todo porque es diferente, original y muy bien escrita.

Valoración

Ficha

Título: El ritual de Avebury
Título original: Circle of Fire
Autora: Michelle Zink
Traducción: María Teresa Marcos Bermejo
Año: 2011
Edición española: 2011
Editorial: Anaya
ISBN: 9788466794824

Gracias a Anaya por el ejemplar.