Un chico, una chica y un lago.
Sacha tiene 17 años y, afectado por una leucemia en fase terminal, acaba de intentar suicidarse en un lago junto a su casa. Pero una desconocida de ojos inquietantes ha llegado justo a tiempo para impedírselo: se llama Jewel y ella tampoco tiene una vida precisamente fácil. Para empezar, su hermano murió en el mismo lago en el que Sacha ha querido quitarse la vida. A raíz de este accidente, el padre de Jewel se fue de casa y ella tuvo que irse a vivir al campo con sus abuelos. Al morir estos, Jewel tuvo que regresar a casa de su madre, pero la relación entre las dos es muy
complicada, porque ahora son casi dos desconocidas. Tras conocerse en el lago, Sacha y Jewel entablarán una amistad especial. Y pronto ambos entenderán que hay muchas cosas contra las que no pueden luchar. Les queda poco tiempo, pero sus caminos se han cruzado y ahora eso es lo único que importa realmente. Una historia que habla sobre la verdadera amistad, la enfermedad, el amor y los conflictos familiares... y también sobre los enanitos que habitan en todos los jardines.
Historia
Si dijeramos que Jewel y Sacha han llevado vidas normales estaríamos mintiendo. El hermano de Jewel murió ante sus ojos con a penas 8 años, sus padres se deshicieron de ella y la dejaron con sus abuelos, y ahora ha vuelto con una madre a la que no conoce. Por otro lado, Sacha ya ha tenido que luchar contra la leucemia y ser testigo de la muerte de una madre a la que el mundo le venía demasiado grande.
Y ese mismo lago, en el que murió el hermano de Jewel es donde ella encuentra a Sacha y se inicia una historia de amor destinada a un triste final porque el cáncer de Sacha ha vuelto a aparecer.
Opinión personal
Me gustan las historias tristes. Sí, no voy a negarlo, un buen drama hace que se me ponga la carne de gallina, que vea las cosas de otro modo. Pero
La chica del lago es más que un drama, porque por encima de la desgracia que tiñe la historia, hay un mensaje de esperanza, de amor, de amistad y de positivismo ante la adversidad y, para qué engañarme, he leído la novela con más sonrisas que lágrimas.
Tanto Sacha con Jewel tienen tristes historias a sus espaldas, historias que los hacen únicos y especiales, pero que también ciernen una sombra sobre ellos porque parece que las desgracias los persiguen. No es casualidad que Jewel salve a Sacha de morir ahogado, aunque fuera lo que el buscara. No es casualidad que se enamoren y no es casualidad que ese amor esté destinado a acabar mal, pero Jewel y Sacha van a aprender que rendirse no es la solución, que deben luchar sea lo que sea lo que depara el futuro.
No estamos ante una novela compleja o sorprendente, pero sí ante una novela que trata la muerte y la enfermedad desde un punto de vista distinto, que trata de exprimir lo bueno que tiene la vida y hace ver al lector que, aunque las cosas puedan ir mal, aunque pueda ser irremediable, se pueden afrontar de otro modo, al modo de Sacha, que gracias a Jewel comprende que la muerte no es motivo suficiente para no aprovechar la vida.
Tanto Sacha como Jewel tienen un aire atormentado y algo emo, pero una vez los vamos conociendo, es imposible no sentir cariño por ellos y ver que ese halo de tristeza no es gratuito, sino que detrás hay un pasado que pesa, que atormenta, culpa, muerte, soledad. También cabe destacar a Al y True, que tampoco son lo que podríamos decir, miembros de núcleos familiares estructurados, y que darán lo mejor de sí para afrontar la realidad junto a Sacha, por muy dura que sea.
Por otro lado, hay personajes como la madre de Jewel, que me ha parecido patética y carente de instinto maternal alguno, por no hablar de su padre, que sencillamente la deja tirada, lo cual me parece realmente triste y despreciable. No se han molestado en conocer o cuidar a su hija y ya es difícil recuperar el tiempo perdido.
En cualquier caso, son personajes sencillos, pero con un trasfondo muy profundo, que hacen dudar al lector de si realmente la autora es tan joven, porque, a pesar de la simpleza, son personajes muy trabajados y nada estereotipados.
La novela alterna a Jewel y Sacha como narradores, lo cual, bajo mi punto de vista, no es del todo acertado, ya que el lenguaje y la forma de expresarse que usan ambos personajes es muy parecidos y ha habido capítulos en los que no sabía si quien hablaba era Sacha o Jewel. Sin embargo, las letras están cargadas de madurez y el ritmo engancha de manera vertiginosa a pesar de algunas carencias estilísticas.
La chica del lago es una novela para leer en un par de tardes, ligera pero a la vez cargada de un mensaje realmente poderoso y que hace al lector reflexionar sobre la vida y la muerte y sobre las decisiones que debe tomar, los caminos que debe coger y sobre todo, es una novela que pretende amar la vida, aferrarse a ella con todas las fuerzas que uno tenga y no rendirse. Sin duda, una novela que puede gustar a cualquiera. ¿Lo mejor? que deja sitio para la esperanza.
Valoración
Ficha
Título: La chica del lago
Título original: Girl Saves Boy
Autora: Steph Bowe
Traducción: Ana Andrés Lleó
Año: 2010
Edición española: 2011
Editorial: Montena
ISBN: 988484417217
Gracias a la editorial Montena por el ejemplar