22 julio 2011

Contando cuentos: La princesa y el guisante

Contando cuentos es un lugar en el que podrás leer cuentos clásicos que no son tan conocidos, pero que me gustaría compartir con vosotros
La princesa y el guisante
Érase una vez un príncipe que quería casarse con una princesa, pero tenía que ser con una princesa de verdad.
Recorrió el mundo entero, y aunque en todas partes encontró princesas, siempre acababa descubriendo en ellas algo que no acababa de gustarle. De ninguna se hubiera podido asegurar con certeza que fuera una verdadera princesa; siempre aparecía algún detalle que no era como es debido. El príncipe regresó, pues, a su país, desconsolado por no haber podido encontrar una princesa verdadera.
Una noche se desencadenó una terrible tempestad: relámpagos, truenas y una lluvia torrencial. ¡Era espantoso!Alguien llamó a la puerta de palacio y el anciano rey fue a abrir.
Era una princesa quien aguardaba ante la puerta. Pero, ¡Dios mío!, ¡Qué aspecto ofrecía con la lluvia y el mal tiempo! El agua chorreaba por sus cabellos y caía sobre sus ropas, le entraba por la punta de los zapatos y le salía por los talones. Y sin embargo, ¡pretendía ser una princesa verdadera!
"Bien, ya lo veremos", pensó la vieja reina, y sin decir palabra se dirigió a la alcoba, apartó toda la ropa de la cama y colocó un guisante en su fondo; puso después veinte colchones sobre él y añadió todavía otros veinte edredones de plumas de ánade.
Allí dormiría la princesa aquella noche.
A la mañana siguiente, le preguntaron qué tal habia descansado.
- ¡Oh, terriblemente mal!- respondió la princesa-. Casi no he pegado ojo en toda la noche. ¡Dios sabe qué habría en esa cama! He dormido sobre algo tan duro que tengo el cuerpo lleno de cardenales. ¡Ha sido horrible!
Así se pudo comprobar que se trataba de una princesa de verdad, porque a pesar de los veinte colchones y los veinte edredones de pluma, había sentido la molestia de un guisante. Sólo una verdadera princesa podía tener la piel tan delicada.
El príncipe, sabiendo ya que se trataba de una princesa de verdad, la tomó por esposa el guisante fue trasladado al Museo del Palacio, donde todavía puede contemplarese, a no ser que alguien se lo haya llevado.
¡Como veréis, ésta sí que es una historia verdadera!
FIN

Un cuento cortito y curioso. ¡Qué delicadas son estas princesas!
Espero que os haya gustado.

8 comentarios :

  1. Siempre me ha gustado este cuento, sencillito y cuco x3
    Y además me hace gracia que a las nenas pequeñas siempre se les hace ese comentario del guisante (por lo menos yo lo recuerdo :$)
    Gracias por recordarlo!
    Besitos! ^^

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  2. me ha gustado mucho recordarlo! aunque esa princesa en el dibujo! bueno... se mira algo fiera para ser princesa!

    un saludo! excelente seccion! ^^

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  3. Adoro este cuento. Qué bonitos recuerdos me trae *.*

    Besotes, guapa!

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  4. XD vaya con la princesa, qué delicada ella...

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  5. Siempre me ha encantado este cuento, desde pequeñita lo conozco aunque no se ni quién me lo explico ni donde lo pude haber leído...jajaja.

    Además, más de una vez recuerdo haberlo probado, poniendo algo debajo de mi colchón.

    ¡Besitos!

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  6. Yo no soy una princesa, desde luego, a mí ya pueden ponerme bolsas enteras de guisantes o lo que quieran, que a la hora de dormir no hay quien me mantenga despierta.

    Bonito cuento, este siempre me ha parecido de lo más cuco~ :3

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  7. Curiosamente hace poco lei este cuento en un libro ilustrado del cual espero hacer reseña pronto. No sabia de él antes de esto pero me gustó bastante :)
    Saludos!

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  8. Que bonito cuento :P pues me gustaria ser una princesa!

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