No creo que en mi andadura blogera haga muchas entradas como esta puesto que vivo en Almería y aquí, en el culo del mundo, nunca pasa nada bueno. Pero ayer tuve la suerte de poder ver a esta fabulosa señorita por segunda vez y no puedo reprimir las ganas de contarlo. De compartir un pequeño momento de felicidad con quien esté dispuesto a leerme...
Aún estaba esperando a que entraran el resto de mis acompañantes porque mis ganas de empaparme de Zahara no me permitieron esperar mientras mi madre y mi cuñado se fumaban un cigarro antes de entrar.
Entraba gente. Envidiaba a aquellos que tenían un lugar en la primera fila del pequeño teatro. Y dieron las diez. Entonces se apagaron las luces y una película empezó a rodar. Creo que era el Halcón Maltés. Humphrey Bogart apareció en la pantalla diciendo frases que poco o nada tenían que ver con los subtítulos.
Y la pequeña gran Zahara saltó al escenario. Con sus tacones, su falda, su blusa y sus canciones. Sonaron los primeros acordes de Merezco y todos los allí presentes nos enamoramos de ella.
Se sucedieron las canciones. El camino de baldosas amarillas. Olor a mandarinas. Chica pop. En la habitación. Dedicó Photofinish a todos nuestros enemigos. Cantamos cumpleaños feliz a su padre. Me hizo llorar Con las ganas y su guitarra y nos hizo bailar a todos con Tú me llevas y su particular Funeral.
Y cuando dijo que había terminado, el público se rebeló y volvieron. Con una botella de vino y sin copas. Brindaron y nos ofrecieron dos canciones más. La canción más fea del mundo y Chico fabuloso. Se colocó una peluca rubia y unas gafas rojas de corazón y saltó al patio. Recorrió el pasillo y me cogió el brazo: "vente conmigo" y la seguí empezando una conga a ritmo de guitarras eléctricas a la que se fue uniendo todo el mundo.
Y nos dejó para volver al escenario y despedirse junto a sus chicos fabulosos. Me dejó con una sonrisa en los labios y lacasitos.
La vi por primera vez en Granada hace ya algunos años y en aquel momento deseé que triunfara. Y así ha sido.
Para quienes no la conozcan...
Viene un tren a toda velocidad, a lo lejos....Eran las 21:40 y desde mi asiento en la decimosegunda fila veía el escenario. Una batería. Un teclado. Una colección de guitarras. Un bajo. Una lampara. Un teléfono. Un tocadiscos. Una máquina de escribir. Y al fondo una pantalla. Rezaba: Zahara y los fabulosos.
Lo noto por las hojas de los árboles, moviéndose.
Lo noto por el indio escuchando el temblor en las vías.
Lo noto porque el agua se mueve.
Porque el hombre sentado en los porches ha caído de su silla.
Apártense. Diablos. Háganme caso.
Es Zahara. Repito. Es Zahara.
Que conste que les avisé.
SANTI BALMES (Love of Lesbian)
Aún estaba esperando a que entraran el resto de mis acompañantes porque mis ganas de empaparme de Zahara no me permitieron esperar mientras mi madre y mi cuñado se fumaban un cigarro antes de entrar.
Entraba gente. Envidiaba a aquellos que tenían un lugar en la primera fila del pequeño teatro. Y dieron las diez. Entonces se apagaron las luces y una película empezó a rodar. Creo que era el Halcón Maltés. Humphrey Bogart apareció en la pantalla diciendo frases que poco o nada tenían que ver con los subtítulos.
Y la pequeña gran Zahara saltó al escenario. Con sus tacones, su falda, su blusa y sus canciones. Sonaron los primeros acordes de Merezco y todos los allí presentes nos enamoramos de ella.
Se sucedieron las canciones. El camino de baldosas amarillas. Olor a mandarinas. Chica pop. En la habitación. Dedicó Photofinish a todos nuestros enemigos. Cantamos cumpleaños feliz a su padre. Me hizo llorar Con las ganas y su guitarra y nos hizo bailar a todos con Tú me llevas y su particular Funeral.
Y cuando dijo que había terminado, el público se rebeló y volvieron. Con una botella de vino y sin copas. Brindaron y nos ofrecieron dos canciones más. La canción más fea del mundo y Chico fabuloso. Se colocó una peluca rubia y unas gafas rojas de corazón y saltó al patio. Recorrió el pasillo y me cogió el brazo: "vente conmigo" y la seguí empezando una conga a ritmo de guitarras eléctricas a la que se fue uniendo todo el mundo.
Y nos dejó para volver al escenario y despedirse junto a sus chicos fabulosos. Me dejó con una sonrisa en los labios y lacasitos.
La vi por primera vez en Granada hace ya algunos años y en aquel momento deseé que triunfara. Y así ha sido.
Para quienes no la conozcan...
Pali, a mi también me encantó el concierto, se pasó el tiempo rapidísimo, y además fue un concierto en familia, en un salón grande, jeje. Es muy dulce, y en realidad me recuerda a ti, jeje, a mi hermana pequeña y adorable.
ResponderEliminarTe quiero. Mua