El niño que no obedecía las leyes de la gravedad.
Historia
Los Brocket son una familia normal, con dos hijos perfectamente normales y vidas perfectamente normales. No destacan ni por encima ni por debajo, son tan normales que son un aburrimiento. Pero todo cambia cuando nace Barnaby, que no sólo tiene la desfachatez de hacerlo a horas intempestivas sino que encima resulta ser un niño extraordinario porque al contrario que todos nosotros, Barnaby flota y no puede hacer nada por evitarlo, lo cual cabrea mucho a sus padres, que no entienden por qué su hijo se niega a ser un niño normal.
Opinión personal
No sé si será porque me ha hecho recordar a aquellos libros que leí en mi infancia, que mezclaban con facilidad lo real con lo imaginario, libros como Momo o Matilda, sobre niños extraordinarios rodeados por lo ordinario, o porque, sencillamente me ha pillado en un momento en el que necesitaba un libro que me hiciera sonreír sin reservas, pero he de admitir que Barbaby Brocket se ha ganado un hueco en mi corazoncito gracias a su visión tan abierta del mundo y por hacerme ver que ser normal esta sobrevalorado.
Eleanor y Alistair son normales, su hijo mayor, Henry también lo es y Melanie, por supuesto, también, pero Barnaby no, porque su cuerpo no obedece a la ley de la gravedad y se pasa el día, para desgracia de sus padre, flotando. Barnaby se pasa la vida en casa encerrado porque sus padres no quieren que nadie sepa que tienen un hijo tan rarito, pero llega un momento en la vida de todo niño en el que tiene que ir al colegio y poco a poco su situación se volverá más y más complicada, tanto que acabará dando la vuelta al mundo.
Es indudable que el punto de partida de esta novela resulta inconcebible y todo lo que sucede en la vida de Barnaby resulta casi rocambolesco, pero esa es la finalidad de esta novela, contarnos una historia loca, pero muy humana, llena de situaciones divertidas e irreales, pero que, de un modo u otro, sí que tienen algo de real. Lo importante es lo que transmite, porque es una novela cargada de valores positivos, que nos anima a ser nosotros mismos, a valorar nuestros defectos –aunque no seamos niños flotantes– y a aprender que somos especiales y que nadie puede cambiarnos si nosotros no queremos. Aunque hay un momento de una crueldad indescriptible, te mantiene con una sonrisa gran parte del tiempo y eso se agradece.
Barnaby es un niño extraordinario, no solo por su peculiar don de flotar, sino por esa pureza que irradia, esa forma de encandilar a todo el mundo –menos a su padres, que lo detestan– y esa facilidad para ver el lado bueno de las cosas, incluso cuando tus propios padres te tratan como a un apestado y desearían que no existieras. Hablemos de Eleanor y Alistair, probablemente los padres más nefastos que me he encontrado en un libro des de los padres de Matilda. Su única preocupación es que su familia sea normal, no les importa que Barnaby sea listo, que le gusten los libros o que sea encantador, no importa porque flota y flotar no es normal, ¿pero es normal ser normal?
A lo largo de la novela nos encontramos con personajes variopintos, todos con sus historias que nos ayudan a reflexionar, como las señoras que viajan en globo o el artista de Nueva York. Esas historias entrarán a formar parte del propio Barnaby, que empezará a ver las cosas desde otra perspectiva y aprenderá a ver que eso de flotar no es algo malo, es algo que lo hace él mismo y eso es importante.
Ahora es cuando digo que no había leído antes a John Boyne y me matáis. Sé que El niño con el pijama de rayas es un clásico moderno, pero entre unas cosas y otras no he tenido la oportunidad de leerlo y aunque sé que no tiene nada que ver con esta novela en muchísimos aspectos, haber catado al autor ha aumentado las ganas que tengo de leer su opera prima. Creo que tiene una voz especial y ha sabido transportarme a las primeras novelas que leí, dirigidas a niños pero que los adultos disfrutamos mucho más. Le pondría una pega a la traducción y es que cuando el perro ladra pone "ladrido" y resulta bastante desconcertante.
Para mi es una novela entrañable, que me ha hecho recordar con añoranza mis primeros años como lectora pero que también me ha dado algo en lo que pensar, por no hablar de que la he devorado en pocas horas y me ha dejado con una sonrisa en los labios. Creo que todos deberíamos ser un poco como Barnaby y dejar de preocuparnos tanto por lo que dicen, hacen o piensan los demás y aprender a ver que somos extraordinarios.
Valoración
Ficha
Barnaby Brocket es un niño especial que pertenece a una familia demasiado normal; peor aún, tremendamente normal, aburridamente normal. Sus padres y sus hermanos son gente respetable y no les gusta nada llamar la atención; pero su mundo se pone patas arriba el día en que nace Barnaby. Su madre se da cuenta de que algo va mal en cuanto empieza a notar los dolores de parto, extrañamente intensos, aunque lo peor está por llegar: ¡su bebé sale disparado y se queda flotando en el techo de la habitación!
Después de pasar por médicos y más médicos, el diagnóstico es concluyente: Barnaby no obedece a las leyes de la gravedad y su estado natural es flotar. Sus padres, desesperados, no saben qué hacer con él y de nada sirven las súplicas del niño, que asegura que quiere quedarse en el suelo, pero no puede.
Al final, solo queda una solución: dejar que se vaya volando...
Los Brocket son una familia normal, con dos hijos perfectamente normales y vidas perfectamente normales. No destacan ni por encima ni por debajo, son tan normales que son un aburrimiento. Pero todo cambia cuando nace Barnaby, que no sólo tiene la desfachatez de hacerlo a horas intempestivas sino que encima resulta ser un niño extraordinario porque al contrario que todos nosotros, Barnaby flota y no puede hacer nada por evitarlo, lo cual cabrea mucho a sus padres, que no entienden por qué su hijo se niega a ser un niño normal.
No sé si será porque me ha hecho recordar a aquellos libros que leí en mi infancia, que mezclaban con facilidad lo real con lo imaginario, libros como Momo o Matilda, sobre niños extraordinarios rodeados por lo ordinario, o porque, sencillamente me ha pillado en un momento en el que necesitaba un libro que me hiciera sonreír sin reservas, pero he de admitir que Barbaby Brocket se ha ganado un hueco en mi corazoncito gracias a su visión tan abierta del mundo y por hacerme ver que ser normal esta sobrevalorado.
Eleanor y Alistair son normales, su hijo mayor, Henry también lo es y Melanie, por supuesto, también, pero Barnaby no, porque su cuerpo no obedece a la ley de la gravedad y se pasa el día, para desgracia de sus padre, flotando. Barnaby se pasa la vida en casa encerrado porque sus padres no quieren que nadie sepa que tienen un hijo tan rarito, pero llega un momento en la vida de todo niño en el que tiene que ir al colegio y poco a poco su situación se volverá más y más complicada, tanto que acabará dando la vuelta al mundo.
Es indudable que el punto de partida de esta novela resulta inconcebible y todo lo que sucede en la vida de Barnaby resulta casi rocambolesco, pero esa es la finalidad de esta novela, contarnos una historia loca, pero muy humana, llena de situaciones divertidas e irreales, pero que, de un modo u otro, sí que tienen algo de real. Lo importante es lo que transmite, porque es una novela cargada de valores positivos, que nos anima a ser nosotros mismos, a valorar nuestros defectos –aunque no seamos niños flotantes– y a aprender que somos especiales y que nadie puede cambiarnos si nosotros no queremos. Aunque hay un momento de una crueldad indescriptible, te mantiene con una sonrisa gran parte del tiempo y eso se agradece.
Barnaby es un niño extraordinario, no solo por su peculiar don de flotar, sino por esa pureza que irradia, esa forma de encandilar a todo el mundo –menos a su padres, que lo detestan– y esa facilidad para ver el lado bueno de las cosas, incluso cuando tus propios padres te tratan como a un apestado y desearían que no existieras. Hablemos de Eleanor y Alistair, probablemente los padres más nefastos que me he encontrado en un libro des de los padres de Matilda. Su única preocupación es que su familia sea normal, no les importa que Barnaby sea listo, que le gusten los libros o que sea encantador, no importa porque flota y flotar no es normal, ¿pero es normal ser normal?
A lo largo de la novela nos encontramos con personajes variopintos, todos con sus historias que nos ayudan a reflexionar, como las señoras que viajan en globo o el artista de Nueva York. Esas historias entrarán a formar parte del propio Barnaby, que empezará a ver las cosas desde otra perspectiva y aprenderá a ver que eso de flotar no es algo malo, es algo que lo hace él mismo y eso es importante.
Ahora es cuando digo que no había leído antes a John Boyne y me matáis. Sé que El niño con el pijama de rayas es un clásico moderno, pero entre unas cosas y otras no he tenido la oportunidad de leerlo y aunque sé que no tiene nada que ver con esta novela en muchísimos aspectos, haber catado al autor ha aumentado las ganas que tengo de leer su opera prima. Creo que tiene una voz especial y ha sabido transportarme a las primeras novelas que leí, dirigidas a niños pero que los adultos disfrutamos mucho más. Le pondría una pega a la traducción y es que cuando el perro ladra pone "ladrido" y resulta bastante desconcertante.
Para mi es una novela entrañable, que me ha hecho recordar con añoranza mis primeros años como lectora pero que también me ha dado algo en lo que pensar, por no hablar de que la he devorado en pocas horas y me ha dejado con una sonrisa en los labios. Creo que todos deberíamos ser un poco como Barnaby y dejar de preocuparnos tanto por lo que dicen, hacen o piensan los demás y aprender a ver que somos extraordinarios.
4,5
Título: El increíble caso de Barnaby BrocketGracias a Nube de tinta por el ejemplar para la reseña.
Título original: The Terrible Things That Happened to Barnaby Brocket
Autor: John Boyne
Traducción: Ana Mata Buil
Año: 2012
Edición española: 2012
Editorial: Nube de tinta
ISBN: 9788415594062